Mildred Largaespada

Deconstruyendo a Rubén Darío

In Centroamérica, Libro, Periodismo on 12 marzo, 2017 at 5:04 pm
@1001tropicos

Collage. «Rubén Darío Icono Pop #7». Pop art style, por @1001tropicos

Por Mildred Largaespada

Allá donde llegaba Rubén Darío tuvo un tratamiento de estrella del rock, las multitudes le esperaban en la entrada de los hoteles, en las escalinatas que le hacían bajar de los barcos, le pedían autógrafos, le imitaban, le leían, recitaban. Publicaba crónicas periodísticas que se viralizaban y sus poemas eran leídos con avidez y emoción.

El poeta nicaragüense es mirado ahora por un lector ideal: Francisco Bautista Lara, escritor de ficción, nicaragüense, que acaba de publicar la segunda parte de Último año de Rubén Darío, con estilo de rigurosa no ficción.

El libro de Bautista Lara es en realidad dos libros, que juntos suman más de mil páginas. La obra refleja lo que decían de Darío y él mismo decía en 46 revistas y periódicos publicados en su época en Centroamérica. Son 394 piezas publicadas, y casi un mil notas al pie con las que Bautista Lara explica y hace comprender quiénes eran esos personajes y el contexto en que se daba la información. Es una obra valiosa que tiene un propósito: «Mi primer interés fue el de conocer más, saber más de Rubén Darío. Después pensé que lo que había aprendido podía ser útil para muchos. Esto ha sido un aprendizaje para mí y tomé la decisión de compartir». El resultado: dos sendos libros, publicados por editorial La Salle.

Le lancé un tuit: «Hagamos una entrevista @fjbautista2013 Traigamos a #RubénDarío al aquí y ahora. Hablemos de tu libro. ¿Cuando nos vemos? #VivaRubén».

Le llamo «Rubén».

Él le llama «Darío».

Francisco Bautista Lara se preparó la entrevista a partir de su ahora más profundo conocimiento de Rubén y conversamos por videollamada. Y ofrece en esta interpretación a un poeta, cronista, humano y genio pocas veces nombrado: el Rubén Darío desestructurado en su espontaneidad, humanidad. En segundo plano, aquí, se sabe y reconoce la magnitud del genio literario que dotó de brillo y musicalidad a la lengua española.

Esta es una conversación más allá de Margarita está linda la mar… Lo que quisimos revelar es ¿cuáles son aquellas cualidades, actitudes, rasgos y comportamientos de Rubén Darío en las que nos podamos reconocer todas y todos hoy? ¿En las que se pueda reconocer una mujer o un hombre de cualquier edad, si es que quiere seguir sus pasos?

«Si alguien dice ´pero yo no quiero escribir poesía´. Bueno pues, no escribás, no leás novela. Pero lo que no podés es despreciar la actitud de Darío como aprendizaje común. Esta actitud de Darío le interesa a los maestros, ingenieros, médicos, periodistas, dentistas, la actitud rubendariana para enfrentar la vida», expone Bautista Lara.

En este análisis Francisco Bautista Lara describe tres cualidades humanas del poeta, y además las características del método rubendariano. ¿Tenés estas cualidades ya, o en desarrollo? ¿Practicás este método?

Estas son tres cualidades humanas que hicieron a Rubén Darío trascender:

La curiosidad

«Rubén Darío era un niño curioso desde los tres años, tan curioso que escarbaba los libros que recogía en las calles de León, que se iba a asomar al río a ver cómo transitaba, no perdía oportunidad de escarbar bibliotecas donde iba. Fue un niño curioso que se convirtió en un joven curioso y luego en un hombre curioso. Es muy hábil en la descripción, en sus crónicas hay tal nivel detalle. Él escribía sus crónicas con esos detalles que solo es posible obtenerlo con un nivel de curiosidad alto. La primera cualidad de Darío para convertirse en genio es la curiosidad».

(Hacé click en una foto para desplegar y mirar todo el álbum).

La humildad

«La segunda cualidad es la humildad. Darío tenía un estilo personal: le gustaban las cosas elegantes, las cosas solemnes, pero en esa complejidad de los salones, de la buena comida, la buena bebida, él expresaba con frecuencia “disfruto hablar y conversar con los espíritus sencillos”. Y él era sencillo, y así es como se acerca a Francisca Sánchez, una campesina analfabeta, sencilla, su principal  vinculo amoroso que tuvo en su vida. Él disfruta el vínculo sencillo. En El Oro de Mallorca aquel personaje principal es un hombre sencillo, Benjamín, su alter ego. Incluso a su muerte algunas personas que le conocieron dijeron en los periódicos: “Darío es ingenuo como un niño y sensible como una mujer”. Si él no hubiera sido humilde no habría estado abierto a aprender de cualquier circunstancia y de cualquier escritor, persona y espacio territorial donde estuvo. Esa humildad lo abrió al mundo».

La persistencia

«La tercera cualidad dariana es la persistencia: no se agotó ante los obstáculos, Darío siguió insistiendo ante sus propósitos. Definió un propósito y se empujo hacia él con persistencia».

El método rubendariano

Y hay cuatro factores metodológicos de Rubén Darío, el cómo-lo-hizo, el procedimiento. El poeta no cursó estudios secundarios, ni universitarios. «Y me pongo a pensar en el presente y digo “afortunadamente”. Si Darío se hubiera encajado en el sistema educativo de la época, si hubiera sido un disciplinado asistente del aula de clase él hubiera sido uno más, alguien inteligente quizá pero que no hubiera sobresalido. Se sacudió con entusiasmo el esquema educativo de la época».

Ser autodidacta

«Y ese es el punto uno: autodidacta. Es ese carácter  autodidacta el que le permitió organizar su propio aprendizaje, su propio estudio. Ese debería ser un esquema de la universidad moderna, que el estudiante acepte o rechace lo que le interesa. En el esquema educativo de esa época él no podía meterse en esa camisa».

Ser lector incansable

«Cuando tenía tres, cuatro, cinco años, por curiosidad escarba la biblioteca de su padre y las del vecindario y lee libros. Cuando viaja en barco, en tren, Darío no va durmiendo y viendo el mar, Darío va leyendo, y en su maleta van libros. Cuando va a Madrid, Buenos Aires, Santiago de Chile  él carga con libros y no habían libros electrónicos que le hubieran facilitado la vida. Era lector incansable, devorador de bibliotecas , ése es el método uno de Darío».

Ser observador

«Hay otro método fundamental: Darío era un observador. Era curioso, observador. Leéte cualquier crónica suya, hay una que se llama Berlín, vas a ver el nivel de detalle. Pero como observador tiene gran capacidad de profeta, que percibe con profunda sensibilidad, acusiosa, que le permite pronosticar. Mirá, Darío 1900 escribe: “observo en las calles de Berlín la dinámica de los cuarteles y las universidades”. Y luego estalla la guerra allá. Él identifica ese vínculo entre la inteligencia y la ciencia y el poder de los cuarteles».

Saber escuchar

«La tercera cualidad es el saber escuchar: es una cualidad y algunos dicen un defecto: no era un gran hablantín. Era un conversador inteligente pero breve. Él estaba escuchando. Oswaldo Basil, un escritor dominicano de la época dice: “Rubén Darío tenía la capacidad de dirigir una conversación sin decir una sola palabra”. ¿Eso qué significa? Es la capacidad de escuchar, que está viendo a los ojos a los que están hablando. Esa capacidad de saber escuchar le ganó grandes afectos y seguidores. Es un valor importante el saber escuchar. ¿Y dónde aprendió a escuchar? En la tertulia de León. Donde él vivía su padre, vinculado a la intelectualidad leonesa reunía con frecuencia a amigos, políticos, escritores, hablaban de la historia, de la unión centroamericana, él mismo cuenta que se sentaba ahí y escuchaba a las personas hablar: “hasta que lo párpados caían”. Ese Darío que no fue a la escuela de manera sistemática su principal escuela fue la tertulia de León, Managua, la de Madrid, Barcelona, París. Hizo de ese diálogo cotidiano su principal escuela de aprendizaje”.

Viajar y vivir por Centroamérica

Los libros de Francisco Bautista Lara se enfocan en la vida del poeta en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Esa Centroamérica donde el cronista y poeta anduvo con familiaridad. ¿Cómo fue eso?

«Centroamérica era más integrada en términos reales y también en términos jurídicos, que ahora. Rubén Darío era guatemalteco si estaba en Guatemala, y si estaba en El Salvador se le trataba con igualdad de derechos como a un salvadoreño, costarricense en Costa Rica y se le trataba con igualdad de derechos como a un costarricense. Lo nombraban con facilidad en cualquier función pública en cualquiera de los países centroamericanos. Por que la legislación de aquella época permitía eso. La mayoría de las constituciones lo decía y la nicaragüense de aquella época señalaba que era nicaragüense aquel que había nacido en cualquier país de Centroamérica. Eso desapareció, desafortunadamente. Entonces Darío no necesitó una visa especial para estar en Guatemala, entraba con derechos y no tenía que renovar visas ni nada. Y no era una voluntad por ser él Darío, sino que la norma jurídica era facilitadora», señala.

El legado dariano hoy

Dice Francisco Bautista Lara: «Nos legó un nombre, una marca. Es un compatriota, una marca reconocida mundialmente, y podemos decir: “soy parte de esa persona porque nací en la misma tierra». Nos legó una obra vasta, amplia, diversa, dispersa, es nica, es agradable leerla, uno la disfruta, se leen con agrado sus poemas, sus crónicas. Su obra es innovadora en su época y vigente en el tiempo actual. Y Darío nos ha legado una actitud: la actitud de una persona que nace de la insignificancia y con su actitud y comportamientos ante la vida se convierte en genio».

@1001tropicos

  1. Hola Mildred. Mucha razón tiene Vicente Baca: Darío no solo fue universal, sino que nos universalizó. Me gustó la parte donde se habla de la ruptura del bardo con la educación formal de su época, porque me llevó a una inquietud que he tenido siempre: me parece que nuestro sistema educativo básico no ha sido transformado. Es el mismo de hace 50 años, si no fijate ¿qué libro mandan a leer en las escuelas? Los mismos: Bananos, Fuenteovejuna, El Cid, La vorágine… Estamos educando a los niños con las mismas herramientas que educaron a nuestros padres. ¡Estoy seguro a miles de adolescentes les encantaría leer La historia del tiempo de Stephen Hawking pero nuestro sistema educativo se inclina más a la repetición que a fomentar el ejercicio de la búsqueda y la curiosidad.

    Por otro lado, te encargo un libro sobre Francisca Sánchez que escribió su nieta (La princesa Paca). Yo tengo el que escribió Carmen Conde, podemos hacer un préstamo recíproco (jeje).

    Abrazos!

    Me gusta

  2. Excellente trabajo literario, felicidades a Francisco Lara por este gran libro

    Me gusta

  3. Hola Mildred! Soy José Adán Silva, aunque me identifico en el comentario con la marca de mi blog, El Reportero Sport. Pues aquí nuevamente inmiscuido en tus post de siempre interesante contenido y esta vez para felicitarte por tu escrito y felicitar de paso al amigo Francisco Bautista Lara, a quien conozco personalmente en relación de periodista-entrevista-a-experto, pero a quien vengo siguiendo en su desarrollo literario y de quien debo decir que ha logrado perfilarse en ese campo de las letras, con este par de trabajos literarios sobre la vida y obra de Rubén Darío. Quedo aun en deuda de adquirir sus libros e instruirme mejor en la vida del poeta, por demás, nuevamente felicidades por tu blog y mi consejo de siempre: cuida tu salud. Abrazos

    Me gusta

  4. Este comentario es de Vicente Baca Lagos: «Muy buena entrevista, Mildred. El libro me parece sumamente interesante y valioso, lo pondré en la agenda de las lecturas del verano.

    Comparto la evaluación sobre su «persistencia» y su carácter de «lector (y escritor) infatigable». El «genio» de Darío, aparte de su base genética (que siempre ha sido exaltada como si fuese un X-Men de la época y que distrae la percepción de otros rasgos de su personalidad y de la dimensión cultural de su trabajo, que debe ser objeto de la socialización), está basada en un «trabajo titánico» y «persistente», en condiciones personales muy difíciles (que suelen olvidarse por el brillo de los homenajes, banquetes, brindis, musas, políticos oportunistas y diplomáticos): la emigración, la pérdida de los seres queridos, la soledad, las dificultades económicas, la manipulación de los inescrupulosos…, ¡una dramática vida!, como la denominó el profesor Edelberto Torres. Solo encontró la paz y el equilibrio con el amor y los cuidados de Francisca Sánchez. A la juventud nicaragüense se le ha robado el ejemplo de esta condición fundamental de la identidad de Darío: su enorme capacidad y disposición para trabajar con persistencia. «¡Ser como Rubén, no es dedicarse a escribir poesía ni, mucho menos, imitarlo (como él mismo recomendaba), sino trabajar, trabajar, trabajar más que los demás en lo que amas!».

    Finalmente, hay otra seña de identidad, sin la cual su obra no tendría el aprecio universal que tiene, y esto debe entenderlo perfectamente la juventud nicaragüense de hoy: Rubén nos ha enseñado el camino para producir cualquier bien cultural en los tiempos de la modernidad en los hizo su obra, es decir, en pleno desarrollo de la Segunda Revolución Industrial, cuando está en pleno auge lo que ahora llamamos la Globalización, sin importar que nuestros países sean tan pequeños como su Nicaragua natal. Hay que producir bienes culturales (literatura, arte, etc.), ciencia y tecnología, que tengan un valor universal y permanente, sin renunciar a la identidad cultural propia (dialéctica de lo universal y lo particular).

    En resumen, la juventud actual tiene en Rubén el más alto ejemplo para inspirar sus metas: trabaja más que ninguno y producir algo de valor o interés universal y permanente, sin renunciar a las raíces de tu propia cultura».

    Le gusta a 1 persona

  5. Una sintesis apropiada de toda una vasta investigacion ; lastima que en nuestra Nicaragua la lectura sea muy pobremente edificada ya que no es linea fundamental de la educacion y que no sea incentivada con avidez ; un articulo digno de semblanza del Dario , muchas veces desconocido.

    Me gusta

Comentá (se puede usar cualquier perfil de tus redes sociales)

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.